domingo, 12 de maio de 2013

Saúde Mental - Para relembrar a importância de comemorarmos e resgatarmos diariamente movimentos como o da Luta Antimanicomial, que garantiu, entre outras coisas, o fim dos manicômios psiquiátricos no Brasil, aqui vai algumas imagens feitas pelos fotógrafo Herbert Gehr em 1949, em visita ao Worcester State Hospital, para a revista LIFE.

Para relembrar a importância de comemorarmos e resgatarmos diariamente movimentos como o da Luta Antimanicomial, que garantiu, entre outras coisas, o fim dos manicômios psiquiátricos no Brasil, aqui vai algumas imagens feitas pelos fotógrafo Herbert Gehr em 1949, em visita ao Worcester State Hospital, para a revista LIFE.


La demencia en el psiquiátrico de Worcester



En 1949, el fotógrafo Herbert Gehr, contratado por la revista LIFE, visitó el Worcester State Hospital para captar, a través de su cámara, cómo vivían los pacientes y qué tipos de terapia estaban recibiendo para mejorar o recuperarse de sus enfermedades mentales.

Como hizo Alfred Eisenstaedt en la década anterior, Gehr recogió impactantes imágenes de estas personas y de los curiosos y, en ocasiones, humillantes e inhumanos tratamientos a las que eran sometidas para lograr su curación.




Antigua imagen del Worcester State Hospital



El Worcester State Hospital en 2006

En 1833, en las bellas colinas de Worcester, si inauguró el Bloomingdale Asylum, el primer psiquiátrico de Massachusetts. A mediados del siglo XIX, el hacinamiento en el que vivían los enfermos mentales obligó a construir un hospital de mayor tamaño en la misma zona: elWorcester State Hospital.

La construcción de este nuevo hospital se inició en 1870 y terminó siete años después. Fue diseñado por el arquitecto George Dutton Rand, siguiendo el Plan Kirkbride.

Como ya mencionamos en nuestro post sobre el Danvers State Hospital, el Plan Kirkbride fue un sistema ideado por el psiquiatra Thomas Kirkbride, defensor del llamado “Tratamiento moral”. Según esta filosofía, la salud mental de los dementes mejoraba utilizando con ellos un trato humano e internándolos en lugares soleados y confortables. Kirkbride consideraba que las instalaciones en las que viviesen los enfermos ejercían un efecto curativo y, por tanto, las habitaciones debían ser amplias, luminosas, bien ventiladas y decoradas con buen gusto. La belleza de los edificios y el respeto hacia los pacientes permitirían que éstos se recuperasen y pudieran volver a integrarse en la sociedad.

En un principio, el Worcester State Hospital, cumplió los requisitos requeridos para conseguir el bienestar que Kirkbride quería proporcionar a los enfermos mentales. Incluso, llegó a gozar de gran prestigio y popularidad. Como nota curiosa, podemos resaltar que este psiquiátrico fue visitado por Sigmund Freud en 1909, durante su viaje a América.

Sin embargo, a medida que aumentaba el número de pacientes,  se fue deteriorando la calidad de vida de éstos. Además, como en tantos otros psiquiátricos, en el Worcester State Hospital se introdujeron todo tipo de terapias de choque, como la lobotomíael electroshock o el coma insulínico .

Sabemos, por ejemplo, que en este psiquiátrico se practicaron lobotomías a numerosos pacientes. En un estudio de 1949, dos terapeutas del Worcester State Hospital hacían referencia a los resultados clínicos de la lobotomía prefrontal en 100 casos de esquizofrenia.

Os muestro algunas de las fotografías más impactantes que realizó Herbert Gehr en el Worcester State Hospital en 1949.


Uno de los tratamientos que recibían los pacientes consistía en taparles los ojos y hacerlos girar en una silla colgada del techo.



En una sauna, el enfermo debía sentarse en una silla especial, que permitía recoger en un recipiente el sudor, con el objeto de un posterior estudio de éste.



Paciente recibiendo electroshock

Con algunos de estos tratamientos podían lograrse importantes restablecimientos de los pacientes. Por ejemplo, el electroshock mejora las fases agudas de la esquizofrenia, con delirios y alucinaciones. También parece funcionar en las depresiones muy profundas, sobre todo cuando hay tendencias claras al suicidio. Pero a pesar de los efectos positivos de algunas de estas terapias, a menudo resultaban peligrosas, humillantes e inhumanas. Además, con estos tratamientos se producía un distanciamiento y ausencia de comunicación entre el enfermo y el médico.



Esta joven estaba recibiendo la terapia del coma insulínico. Como explicamos en el anterior post, el tratamiento, empleado generalmente con los esquizofrénicos, consistía en administrar insulina hasta lograr el coma hipoglucémico durante 15 a 60 minutos. La terapia solía durar unos sesenta días.

Los shocks de insulina hacían que los pacientes esquizofrénicos mejorasen. Pero este tratamiento podía provocar la ceguera o, incluso, la muerte.



Inquietante imagen de un paciente sometido a la terapia del coma insulínico.



Pesando a un paciente.



Una paciente del Worcester State Hospital atendida por un terapeuta



Terapeutas e investigadores del hospital fotografiados por Herbert Gehr.

En la siguiente imagen, los pacientes bailan en un gran salón del hospital. Llama la atención el clima de normalidad que se respira en esta curiosa fotografía de Herbert Gehr.



En la siguiente imagen, una curiosa fotografía de tres pacientes en una de las salas del hospital.




La misma estancia en 2006.

El Worcester State Hospital se mantuvo abierto hasta 1991. El 22 de julio de ese año, un espectacular incendio lo envolvió en llamas y derrumbó casi todos los techos. Sólo algunas zonas y el edificio de administración no se vieron afectados.

En 2008 se ordenó su demolición, a excepción del edificio de administración y la torre del reloj.

Os dejo con algunas espectaculares imágenes del Worcester State Hospital, tomadas por distintos fotógrafos, pocos años antes de ser demolido.






Pasillos del sótano en los que, curiosamente, había muchos bancos para sentarse.








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